Dalí
Barcelona, 1979
Jordi Socías

«Hay veces que tiene pensado el retrato antes de encontrarse con el retratado. En cada sesión de retrato, observa desde la distancia el espacio, la persona…, selecciona el lugar concreto, la luz adecuada de manera que, cuando va a realizar la foto, la decisión ya ha sido tomada. No improvisa, el retratado sólo espera un breve guiño: “Jordi Socías retrata en silencio. No hay tiempo para la duda, es rápido y preciso, porque antes de enfrentarse a sus modelos, ya sabe qué fotografía quiere hacer” (Laín, 2024).
Para el retrato de Dalí “siempre pensé en hacer una síntesis de su cara: el ojo, el bigote y parte del pelo”. Es ahí donde reside la originalidad de su retrato ante un sujeto tantas veces retratado. A escasos centímetros de su cara, el ojo de Dalí fotografiado por Socías con óptica larga, muestra toda la fuerza del personaje, su excentricismo y su nervio. El cabello se confunde con el pelo de cejas y bigote en una maraña de líneas canas y oscuras. La luz lateral hace el resto, pronunciando con su sombra la nariz y dejando en penumbra el resto de la cara que fuga hasta confundirse con el fondo.»

Dalí (Jordi Socías, 1979)