Retrato Andrés Palomino

Andrés Palomino

Madrid, 1946

Andrés Palomino (Madrid, 1946). De manera intuitiva se acerca a la fotografía para retratar las condiciones de vida de los habitantes de su barrio, la colonia Hogares en Vallecas. Plasma la problemática social y las luchas vecinales de este punto periférico con singular calidez y compromiso. Allí creó un colectivo de fotógrafos, cursillos para principiantes en las aulas culturales y en las asociaciones de vecinos. Realizó sus primeras exposiciones en Moratalaz como y Vallecas.

Hacia 1976 empieza a publicar en prensa: Diario 16, Interviú, Tiempo, El País, La Vanguardia y captura momentos de gran intensidad informativa. Entre ellos las muertes de los estudiantes José Luis Montañés y Emilio Martínez en una manifestación estudiantil, asesinados a tiros por la policía. Sus fotos fueron seleccionadas en la publicación Fotopress durante varios años. En 1979 formó junto a otros compañeros la agencia Penta Press y surtió a la prensa de noticias gráficas durante varios años.
En 1986 se traslada a Nueva York y fotografía eventos deportivos y artísticos. Más tarde comenzará una nueva etapa profesional como corrector de libros de texto en español en editoriales como McGraw Hill. Sin embargo, la fotografía sigue siendo su principal pasión.

“Casi prefiero comenzar desde muy al principio, aunque sea brevemente. Mi padre murió cuando yo tenía un año, dejando a mi madre viuda con cuatro niños. Por entonces vivíamos cerca de Arganda, en la Emisora de Radio Nacional. Allí estábamos muy lejos de colegio o institutos, y mi madre decidió comprar un piso en la colonia Hogares, con lo cual nos convertimos en una familia más de inmigrantes en Vallecas. Yo tenía 14 años, edad ideal para hacer amigos en el barrio, pero mi concienciación política no empezaría hasta bastante después. No había que ser un lince para darse cuenta de las penurias de la clase trabajadora, que teníamos que andar por calles embarradas y coger dos o tres medios de comunicación para llegar al trabajo. Y yo vivía en un bloque, pero muchas familias vivían en casas que ellos mismos construyeron, y los problemas de espacio, de electricidad, de agua, de escuelas y de parques eran más latentes.

En mi barrio se formó la Asociación de Vecinos de Palomeras Sureste, en la que empecé a participar. De ahí di el paso a una actividad más política, y, por tanto, más peligrosa, como podía ser repartir panfletos o hacer pintadas, siempre vigilando que la policía no nos pillara. Aquellos eran tiempos en que no se podía hablar de política en los bares o en cualquier lugar. Había que hablar de fútbol, por entonces considerado por los más concienciados como «el opio del pueblo».

La muerte de Franco causó gran alegría en mucha de esta gente trabajadora, aunque no pudieran expresarlo abiertamente. Comenzaba ahora la Transición, y con ella una represión aún mayor. El mismo año que hice las fotos de los estudiantes muertos en Embajadores (1979), un policía de paisano me disparó desde cierta distancia y una bala me atravesó el brazo. Ese día volví a nacer, sin que la bala me produjera mayores daños. Con el carné de prensa estuvimos más protegidos, pero no todos los policías nos respetaban. Una vez me pusieron contra la pared encañonándome con la pistola. No hubo disparo esa vez, menos mal, pero sí preso durante 24 horas. Recuerdo dos ocasiones en que sí me protegieron: una cuando se estrenaba una película titulada «El dictador», en que los fachas me pidieron el carrete, y otra durante una concentración de fachas en la Castellana, en que tuve que disfrazarme y salir de allí ayudado por la policía”.

(Entrevista con el autor)

EXPOSICIONES INDIVIDUALES

Vallecas nuestra, sus luchas y su gente, de 1973 a 1985, Centro cultural Paco Rabal, Madrid, 2023.

Web personal: andrespalominosalazar.com