María Ángeles Muñoz, una trabajadora del barrio del Besós fue denunciada de adulterio por el marido después de años de separación, para conseguir la patria potestad de su hija en común de 6 años. Las reivindicaciones feministas consiguieron cambiar la ley que, a partir del 26 de mayo de 1978, dejó de considerar el adulterio como delito.
En la fotografía una manifestante con el lema “ Yo también soy adúltera”. Una fotografía de calle de manifestaciones feministas, que ilustra una de las grandes demandas del movimiento y también uno de sus grandes logros. Pero también una de sus estrategias más significativas, de hacer un cuerpo e identidad colectiva con el «yo también soy …».