Para realizar esta fotografía, Colita tuvo que camuflarse: se disfrazó con una gabardina adornada con una bandera española y se coló en el entierro del dictador, en Madrid, con el objetivo de hacer un reportaje para el diario Cambio 16. Para pasar desapercibida, iba haciendo el saludo fascista. Gracias a esta coreografía pudo realizar esta fotografía, una imagen clave en su trayectoria como fotoreportera durante los años de la transición y también un icono de este acontecimiento, captando un momento esencial, cuando se está moviendo el ataúd de Franco acompañado por los poderes fácticos de la dictadura. Estos años son de plenitud creativa y profesional para Colita, marcados además por su compromiso ideológico. Todo ello lo vuelca en la prensa diaria (Mundo Diario, Primera Plana, La Calle, Repórter, Tele/eXpress) y en revistas como Cuadernos para el diálogo, Destino e Interviú. “Trabajar en la prensa diaria para mí era una manera de estar en el meollo de las noticias, en la época candente de la transición” .

Colita (La Fábrica, 2010).