A finales del franquismo surgieron movimientos vecinales para exigir mejoras sociales en los barrios. Las Asociaciones de Vecinos canalizaron esta lucha antes de ser devoradas por los partidos políticos. Al norte de Madrid capital, junto a la Plaza de Castilla, en el humilde barrio obrero de La Ventilla grupos antifranquistas (Ateneo Libertario, ORT, LCR, PCE) se unen a finales de 1975 para crear y legalizar una de esas asociaciones. Para sus reuniones ocupan una casa vacía de propiedad pública. Meses después, una asamblea vecinal aprueba ocupar casas similares para familias necesitadas. El primer paso de esta lucha fue la ocupación de un dispensario abandonado hacía años para convertirlo en centro socio-cultural y sede de la Asociación de Vecinos. A esta ocupación siguieron las de una veintena de casas vacías, siendo uno de los modelos que seguiría el movimiento de ocupaciones y centros sociales autogestionados que se extendería por toda España.

Demetrio Enrique Brisset