Marisa Flórez, Premio Nacional de Periodismo Gráfico (1981), es una de las primeras reporteras gráficas en la historia de la fotografía española. En 1971 empieza a trabajar en el diario madrileño Informaciones. Atrás dejaba sus estudios de Turismo. Desde niña le interesó el cine, lo que pudo condicionar su futura mirada fotográfica, capaz de cultivar todos los géneros del periodismo gráfico. Jesús de la Serna, entonces director del medio, recordaba “cómo aquella muchacha, con la tenacidad y el rigor propios de su alma leonesa, desde el primer día se entregó con pasión al periodismo gráfico”. A partir de entonces realiza fotos que no solo capturan un suceso, individuo o entorno, sino, además, su tensión, emoción o estado. Cuando se le pregunta cómo conseguía llegar siempre al lugar de los hechos en el instante preciso, responde: “No sé, en taxi, o en coche, depende del día…”. “Con ella todo parece sencillo, también lo complicadísimo”, dice la periodista Rebeca Yanke en el libro Franco ha muerto, una de las muchas obras que recopila su trabajo fotográfico.
En 1976 entra a formar parte del equipo fundacional del diario El País, donde ha desarrollado casi íntegra su larga carrera dedicada a la fotografía de prensa. Aquí su compromiso con el oficio de narrar le lleva a ser testigo directo de una época de radicales transformaciones políticas y sociales y a plasmar lo que se convertirá en nuestra memoria colectiva. Sus imágenes de la Transición española han creado una parte fundamental de este legado visual con instantáneas icónicas, como las del funeral de los abogados laboralistas asesinados en Atocha, la de Pasionaria bajando las escaleras del Congreso del brazo de Rafael Alberti en la sesión inaugural de las primeras Cortes democráticas o estrechando la mano de Adolfo Suárez, el primer presidente elegido democráticamente desde 1936 e implacablemente solo en el banco azul del Congreso y en la portada, a cinco columnas, del día siguiente de El País (1979). También uno, y solo, es el seno de la actriz Susana Estrada fotografiado por Marisa en 1978 frente a los ojos del profesor Enrique Tierno Galván antes de convertirse en el primer alcalde socialista de Madrid. Y las del Guernica “el último exiliado”, cuando el cuadro de Picasso llegó en 1981 a España.
Además de estas imágenes fundamentales en la configuración del canon visual de la Transición, es autora de un sinfín de fotos memorables, curiosas, perturbadoras, divertidas y llenas de detalles que resumen este gran momento histórico de cambio: Manuel Fraga dormido en el hemiciclo, Felipe González vestido de pana o fumando un cigarrillo con Suárez, Blas Piñar y Santiago Carrillo (o lo que ha sido definido como las dos Españas del momento) en el mismo sitio, pero mirando en sentido contrario y de forma diferente durante un pleno de las Cortes… La lista de instantáneas significativas continua fuera de las paredes del Congreso con sus series de gitanas manifestándose, de reclusas en las cárceles españolas, de figuras destacadas como Chavela Vargas, Margaret Tatcher, Annie Leibovitz, Lady Di, Maria Zambrano, Cristina Hoyos, Dulce María Loynaz; también Lola Flores mientras pide una peseta a cada español para resolver su problema con Hacienda o Lola Herrera interpretando por primera vez Cinco horas con Mario. Pese a sus fotografías de mujeres anónimas (Mulleres, 2010), célebres o pioneras, Marisa defiende al individuo por encima del género, ya sea en sus imágenes o entre los compañeros de profesión.
Sus fotografías transmiten el instinto del fotógrafo: rapidez, capacidad de lograr capturar hechos fugaces que no avisan ni se prevén, detalles que el común de la gente tarda en ver o, sencillamente, no ve, y todas con valor periodístico de primer orden. En 1996 fue nombrada redactor jefe de fotografía de El País, desde donde gestionó, entre otras, las imágenes del 11-M. En 2007 ocupó el puesto de editora gráfica del medio, cargo desde el cual ha coordinado y dirigido la imagen del periódico hasta 2012. Su trabajo ha sido motivo de numerosas exposiciones individuales y colectivas. Algunas de sus fotografías de la Transición pertenecen a la Colección del Ayuntamiento de Alcobendas, Madrid. Ha impartido durante 20 años docencia en la Escuela de Periodismo UAM–El País. En 2015 obtiene el Premio de Fotografía Piedad Isla y en 2024 el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en el apartado de fotografía. Actualmente desarrolla nuevos proyectos dedicados al mundo de la imagen, participa en actos académicos y es comisaria de exposiciones de fotografía.
Exposiciones colectivas (selección)
– Memorias y miradas de un fin de siglo constitucional, junto a Queca Campillo.
– 25 años del Congreso de los Diputados 1977-2002, Congreso de los Diputados.
– 25 años después. Memoria gráfica de una Transición, Fundación Telefónica, noviembre 2000.
– Cinco miradas, 1975.
–1983, Centro de Arte de Alcobendas, 2021.
Exposiciones individuales (selección)
– Momentos de una década, Galería Oliva Mara, 1986.
– Memorias y miradas de un fin de siglo constitucional, Fundación Santillana, noviembre 2001-marzo 2002.
– Mujeres, Madrid, 2008.
– Los primeros años, Universidad Complutense de Madrid, 2021.
Publicaciones
– Memorias y miradas de un fin de siglo constitucional (exposición): noviembre 2000-marzo 2001. Santillana del Mar: Fundación Santillana, 2000.
-…Franco ha muerto. Madrid: Hispalibros, 2019.
Recursos
– Detrás del instante, Marisa Flórez.
– «23-F. Anatomía de un instante». Coloquio entre el equipo artístico y la fotoperiodista Marisa Flórez. Propuesta de teatro documento. Un ensayo que parte de la novela de Javier Cercas, “Anatomía de un instante”: el instante en que Adolfo Suárez permaneció sentado en la tarde del 23 de febrero de 1981,