El “Guernica” de Pablo Picasso recién llegado a España
Casón del Buen Retiro, Madrid, 23 de octubre de 1981
Antonio Suárez
Cámara Olympus 0M-1 Óptica Zuiko 24 m/m f:2,8

Había un montón de periodistas, cámaras de televisión e incluso corresponsales extranjeros… El espacio donde estaba expuesto el cuadro era una sala enorme con techos altísimos de 10 a 15 metros de altura… Todo estaba acordonado por la guardia civil con sus ametralladoras correspondientes, tanto en la puerta de la calle como en el interior, aun siendo un acto para la prensa. ¿Por qué en mis instantáneas no se ve más gente? Pues porque procuro siempre esperar. Cuando se cansan los fotógrafos, ya intervengo yo. Y busqué el punto del guardia civil con barba con su bandera preconstitucional, con su tricornio y metralleta. Ahí estoy con un 28, un 35, y un tele corto, el 100 mm., que siempre ha sido un compañero fiel. En concreto, la foto del Guernica está hecha con un 24 mm.

«El acontecimiento que retrata esta imagen tuvo lugar en 1981, año de la celebración del centenario del nacimiento de Picasso, meses después de la dimisión del presidente del Gobierno Adolfo Suárez y del intento de golpe de Estado. El 10 de septiembre, el Guernica aterrizaba en España en un vuelo regular de Iberia, tras 44 años “de exilio” y largas negociaciones. La prensa asoció la recuperación de las libertades civiles con su devolución por parte del Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, donde había permanecido en depósito durante largo tiempo, a petición del propio Picasso, como recordatorio ético de la necesaria reconciliación entre españoles. Los medios de comunicación convirtieron la llegada del cuadro en un símbolo de concordia nacional (“el regreso del último exiliado”), a pesar de ser una obra que desde su origen nace comprometida con la confrontación política de la Guerra Civil. Sin embargo, la circulación mediática del acontecimiento desbordó el suceso de partida: la apertura de la exposición al público, el 25 de octubre, día del nacimiento de Picasso, cubierta dos días antes por más de 300 periodistas en un pase que se hizo para la prensa nacional e internacional, reflejó, a través de una serie icónica de fotografías, las tensiones y grietas intrínsecas de la Transición. […]

De entre ellas, la imagen de Antonio Suárez (Cover), comparte una mirada fotográfica similar, pero no idéntica, con las versiones del mismo acontecimiento que se divulgaron de Marisa Flórez (El País), Manuel Pérez Barriopedro (EFE) y Gustavo Catalán (Diario 16), al anteponer el Guernica a elementos propios del ideario franquista, algunos de ellos asociados a la represión de los cuerpos de seguridad del Estado. Estos elementos, de gran carga simbólica y violencia contenida, son: el guardia civil uniformado, con el tricornio; el subfusil que empuña; la bandera constitucional con el águila de San Juan evangelista, cuyo escudo todavía conserva la simbología imperialista heredada de la dictadura; y la urna de cristal blindado que protegía el cuadro para evitar posibles atentados. […] Todos ellos pueden considerarse elementos antitéticos, en la medida en que plantean una yuxtaposición, un contrapunto o dialéctica de choque entre, por un lado, la repulsa visceral a la guerra que supone el Guernica, convertido en un icono de masas por la paz y la libertad y, por otro lado, los elementos mencionados propios del ideario franquista. Para entender el grado de conflictividad que propone la combinación de estos elementos, debemos recordar el clima de violencia parapolicial que se vivía durante la Transición en las calles, así como el intento de golpe de Estado que, apenas seis meses antes de la inauguración de la exposición, había liderado el teniente coronel Antonio Tejero, precisamente un guardia civil. […]

De las distintas versiones que han circulado de la imagen, la de Antonio Suárez es la que mejor subraya la idea de Picasso de gestar lo que él mismo consideraba la obra maestra de su carrera: primero, porque su composición destaca la monumentalidad del Guernica, enfatizada por las espectaculares dimensiones que alcanza el mural y por el carácter histórico de la pintura. Segundo, la composición triangular que resalta su clasicismo, a modo de los frontones de un templo griego, y que Antonio Suárez replica en su puesta en forma. Y tercero, la propia inclusión del pintor autorretratado en la escena como el toro antropomorfo -con postura, perfil y ojos humanos-, que el fotógrafo respeta evitando que el marco de la vitrina cercene este elemento. El toro es el único personaje que se muestra imperturbable, ajeno al drama y que interpela con su mirada al espectador, al igual que hacen Velázquez y Goya, respectivamente, en Las meninas y La familia de Carlos IV. Además del protagonismo que alcanza el Guernica en la fotografía, Antonio Suárez concede al guardia civil asimismo una posición privilegiada al colocarlo en el margen izquierdo del cuadro, flanqueando la composición junto a la bandera española y el marco que sostiene la luna central de la vitrina con forma de tronco de pirámide. En términos meramente estéticos, la antimodernidad de la indumentaria del guardia civil y los símbolos que lo rodean, entre ellos, el fusil y la bandera española con el águila de San Juan, contrasta con el carácter vanguardista y contestatario del arte de Picasso. Es un contraste el que se nos presenta casi almodovariano, por la hibridación que se produce entre elementos de raigambre franquista y rupturistas. […]

Teniendo en cuenta el abigarramiento de elementos que aporta a la escena el propio Guernica, en la imagen las fuerzas visuales y su mecánica de pesos se distribuyen entre el triángulo principal de la composición del mural, que funciona a modo de frontón griego, y el triángulo invertido que, en las versiones de Barriopedro y Suárez, hace que los puntos de interés pivoten del rostro del guardia civil (con la mirada fija en el fuera de campo en dirección al público y su tricornio) al fusil y al escudo de la bandera española. La sombra parcial del guardia civil que se refleja en la pared, en el borde izquierdo de la imagen, refuerza la contundencia de su figura. Nótese además el ligero contrapicado que subraya su autoridad».

ROMERO ESCRIVÁ, Rebeca (2023). La llegada del Guernica a España en clave fotográfica: estudios emblemáticos de las grietas de la Transición (en prensa).

Llegada Guernica (Antonio Suárez, 1981)
Hoja de contactos de la serie fotográfica de Antonio Suárez de la inauguración de la exposición Guernica-Legado Picasso. A partir de la tercera tira de imágenes puede apreciarse la cobertura fotográfica del acontecimiento. Suárez arranca captando la multitud a las puertas del Casón del Buen Retiro para, tras siete instantáneas, pasar al interior de la sala. Desde la segunda toma de interiores, la hoja de contactos revela que el fotógrafo ha detectado un motivo de interés (la yuxtaposición del guardia civil al cuadro) y el modo en que lo trabaja. Primero, desde el lado derecho de la sala, luego desde el izquierdo, que considera mejor ángulo, y al que le dedica seis instantáneas. En las cuatro últimas el fotógrafo acerca la figura del guardia civil a cámara y logra que el marco de la urna de cristal no entorpezca la visión de la figura del toro. En adelante, se dedica a enfatizar la dirección de la mirada del agente con planos más cortos contrapicados. Posiblemente los repite para asegurarse un buen enfoque, dada su miopía magna.
De acuerdo con el trabajo hemerográfico realizado hasta la fecha, la instantánea de Antonio Suárez, que capó en la etapa en que trabajaba para la agencia Cover, en octubre de 1981, en el contexto de la prensa española no tuvo la difusión de la que gozaron las versiones de Barriopedro, Flórez y Catalán, que circularon en medios como "ABC" (portada), "El País" (interior) y "Diario 16" (contraportada). Recientemente, sin embargo, se ha revitalizado al publicarse en libros como "Los viajes de Guernica" (Manuel Borja-Villel et al., Museo Reina Sofía, 2019, p. 249) y en la propia página web del fotógrafo. Suárez tiene otra versión de la misma serie, destacada en la hoja de contactos con un círculo en rojo, que tomó momentos antes, y que también ha circulado en catálogos, como en esta reproducción que incluimos de "25 años después. Memoria gráfica de una Transición" (Eduardo Rodríguez Merchán ed., Fundación Telefónica, 2000). Esta otra versión enfatiza la sombra del guardia civil, pero pierde en cambio la figura del toro del "Guernica", que se ve afectada por uno de los travesaños del marco de la vitrina que contiene el cuadro.
Otra de las versiones de la serie fotográfica de Suárez dedicada a la presentación pública del "Guernica" en España que también ha circulado, incluso a nivel internacional, en catálogos fotográficos que exceden el período de la Transición, es la del plano general en que el guardia civil ladea el rostro hacia su derecha, que en la hoja de contactos supone la siguiente toma tras la identificada con el círculo rojo. Entre dichos catálogos destacan “España a través de la fotografía. 1839-2010”, editado por la Fundación MAPFRE (Taurus, 2013), que selecciona imágenes icónicas “algunas instaladas en la memoria colectiva e identificadas con momentos clave del pasado reciente” de la historia española y “Photos. I capolavori della Collezione Julián Castilla” (Skira, 2022), que recoge imágenes icónicas de grandes fotógrafos del siglo XX (entre los que figuran Cartier-Bresson, Doisneau, Capa, Man Ray y el propio Suárez) custodiadas por la Colección Julián Castilla.