«En esta fotografía de lo que podemos considerar la vida parlamentaria en el Congreso de los Diputados, Manuel Pérez Barriopedro capta una anécdota representativa del hundimiento de los partidos de extrema derecha en los resultados obtenidos en las elecciones generales de marzo de 1979. Aprobada la Constitución democrática, los comicios confirmaron las tendencias de 1977, con Unión de Centro Democrático (UCD) como partido más votado, si bien, entre las variaciones que se produjeron, fue significativa tanto la irrupción de nuevos grupos nacionalistas como el declive de Alianza Popular (AP) y de Unión Nacional (UN), una coalición liderada por Blas Piñar (formada por Fuerza Nueva, Falange Española de las JONS y otros grupos de extrema derecha), que obtiene un único escaño. Piñar se convierte así en el representante de las fuerzas políticas defensoras del franquismo en el Congreso. Condenado a la desaparición, para la siguiente legislatura, la coalición se deshizo y, por separado, ninguna de las formaciones políticas integrantes pudo revalidar el escaño obtenido en 1979. Como explica Javier Tussell (1997, p. 72) en Historia de España, “los resultados de marzo de 1979 contribuyen a explicar la posterior evolución de cada una de las fuerzas políticas”. En este contexto hay que ubicar la fotografía captada por Manuel Pérez Barriopedro.
Podemos enmarcar la imagen de Barriopedro dentro del género de la fotografía cándida, pues, como en el caso de su precursor, el célebre Erich Salomon, Barriopedro posee “el instinto necesario para captar el momento más natural e inadvertido de quienes retrata, con ingeniosidad, cuidadosamente compuesto y gran elegancia periodística” (Helena Pérez Gallardo, en Marie-Loup Sougez, p. 427). En efecto, se vale de una potente anáfora visual, al inmortalizar a los diputados del Partido Comunista de España (PCE), sentados en sus respectivos escaños, como piezas de un dominó, uno al lado del otro.
Piñar, en cambio, aislado, desplazado del centro geométrico de la imagen, aparece de pie “perdido entre el escaño ajeno” (véase la Fig. 1), según reza el titular de ABC de 24 de marzo que acompaña a la fotografía. Su figura destaca, además, porque en el plano compositivo, jalonado por las columnas del Hemiciclo, es el único diputado que mira a cámara al saberse sorprendido por el fotoperiodista. La mayoría de los diputados comunistas, sin embargo, no parece advertir la presencia del intruso (unos ríen, otros fuman), lo que fomenta el carácter esperpéntico, indiscreto y espontáneo de la imagen. La fotografía cristaliza el cambio en la tendencia política del país que comenta Tussell, tras décadas de dictadura. Una estampa que anuncia el carácter polipartidista que en adelante tendría la Cámara.
Barriopedro cuenta en su dilatada producción fotográfica, con toda una serie de imágenes de diputados sorprendidos desprevenidos (Narcis Serra urgándose la nariz, Manuel Fraga dormido en su escaño con la boca abierta, Santiago Carrillo leyendo las viñetas de Forges), en la que puede incluirse la instantánea comentada. Estas imágenes ofrecían una visión humanista, despreocupada y, en ocasiones, irreverente de los políticos, la antítesis del retrato oficial practicado hasta la fecha. Aunque no siempre fueron publicadas en la prensa, resultaron revolucionarias, por el realismo de su representación, en un tiempo en que los fotógrafos parlamentarios gozaban en el Hemiciclo de una libertad de movimientos sin parangón, que luego desapareció».
Rebeca Romero Escrivá (Universidad de Murcia)