«La apertura de la exposición Guernica-Legado Picasso en el Casón del Buen Retiro, coincidiendo con el centenario del nacimiento del pintor, fue un evento mediático importante (véase la Fig. 1). Publicada en portada del ABC (Fig. 2), la fotografía que captó Barriopedro del Guernica, devuelto a España en septiembre de 1981, después de 44 años bajo la custodia del MoMA en Nueva York, como las de sus colegas de profesión, Marisa Flórez y Antonio Suárez (también comentadas en sus respectivos perfiles de la web), contrapone el cuadro a elementos propios del ideario franquista, como el guardia civil uniformado con su tricornio, el subfusil y la bandera constitucional con el águila de San Juan Evangelista, cuyo escudo aún conservaba la simbología imperialista heredada de la dictadura, además de la urna de cristal blindado que protegía el cuadro de posibles atentados. […]
Revisadas las instantáneas del Guernica, tanto Barriopedro, como Flórez y Suárez, optan por incluir en la composición solo a uno de los dos guardias civiles que sabemos custodiaban la sala a cada lado de la urna, posiblemente con el fin de acercar el motivo y fomentar su carga alegórica. […] En términos meramente estéticos, la antimodernidad de la indumentaria del guardia civil y los símbolos que lo rodean, contrasta con el carácter vanguardista y contestatario del arte de Picasso. Es un contraste el que se nos presenta casi almodovariano, por la hibridación que se produce entre elementos de raigambre franquista y rupturistas. De hecho, el eclecticismo que provoca la yuxtaposición de elementos fue explotado por El País en 2015 con motivo del aniversario de los 40 años de la muerte de Franco, en un especial que analizaba “cuatro décadas de construcción y transformación de España” con textos inéditos, relatos históricos, fotografías, vídeos e infografías que pretendían mostrar “el camino hacia la libertad, el progreso y la modernidad” por el que se decantó el país. Sin olvidar los momentos de incertidumbre, abatimiento y dolor, en la sección de Arte, recuperó la imagen de Barriopedro, sacándola fuera de contexto, para subrayar el “eclecticismo de nuestra cultura”, representado más abajo, como se aprecia en la imagen (véase la Fig. 4), por la obra de Almodóvar, cuyo cine ve la luz por vez primera en el marco sociopolítico de la Transición. […]
La imagen, como en otras instantáneas célebres de Barriopedro, conjuga los tres elementos que Henry Cartier-Bresson (2011, 15-38) considera indispensables para que se materialice su teoría del instante decisivo: una imagen cuyo tema desprenda cierta emoción y desempeñe una función dramática, en la que se sorprenda un momento vital, se paralice una acción (“atrapar el instante y su eternidad”) y en la que se organicen rigurosamente las formas que se perciben visualmente como medio de expresión del hecho captado por el fotógrafo (generar cierto dinamismo en la geometría). Al respecto, en La voz de la imagen (proyecto que pretende recuperar la memoria oral de grandes fotógrafos españoles), la entrevista filmada que José Luis López Linares y Publio López Mondéjar realizan a Barriopedro, ilustra la referencia que el fotógrafo hace al instante decisivo precisamente con insertos de su fotografía de la llegada del Guernica a España: “Esa intuición de hacer una foto en un momento determinado ahora prácticamente se ha perdido porque el fotógrafo se limita a disparar y a hacer 40 o 50 imágenes en un segundo, puesto que ya habrá otra persona que elija la que considere que es la mejor; se está perdiendo el trabajo didacta del fotógrafo con las nuevas tecnologías”. La instantánea de Barriopedro se emplea además como representativa de la trayectoria del fotógrafo (pues, aunque no se comenta explícitamente en la entrevista, ilustra su título). Asimismo, los productores la dotan de un alcance mayor al convertirla en el emblema del proyecto, que da voz a muchos otros fotógrafos (véase la Fig. 4). […]
La fotografía del Guernica de Barriopedro, con el paso de los años, se ha resemantizado, convirtiéndose no solo en una obra destacada dentro de su producción fotográfica, sino también en un emblema de las tensiones inherentes al período de la Transición española, pues la obra maestra de Picasso pasó de ser un símbolo republicano de lucha contra el fascismo y la guerra, a convertirse, tras su traslado a España, en un símbolo de paz y concordia entre españoles. La prensa contribuyó a esta transformación semántica al llamarlo «el último exiliado». Asimismo, en términos culturales, podemos considerar que la fotografía de Barriopedro con el tiempo se ha sedimentado, pues sigue siendo difundida con diversos fines en el ámbito periodístico, artístico y académico, como muestran los ejemplos de las figuras 3 y 4».
ROMERO ESCRIVÁ, Rebeca (2023). La llegada del Guernica a España en clave fotográfica: estudios emblemáticos de las grietas de la Transición (en prensa).
