© EFE
El teniente coronel Tejero irrumpe, pistola en mano, en el Congreso de los Diputados. 23 Febrero 1981
Madrid 23 febrero 1980. A las 18:23 horas, un grupo considerable de miembros de la Guardia Civil, bajo el liderazgo del teniente coronel Antonio Tejero, llevó a cabo un asalto al Palacio de las Cortes durante la votación para la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, candidato a la Presidencia del Gobierno
Manuel Pérez Barriopedro
Cámara Nikon F-3 con motor incorporado. Lente zoom 80-200 mm. Velocidad de obturación: 1/125, máxima apertura de diafragma f 2,8. Película Kodak 800 ASA, forzada a 1600 ISO.

«Manuel Pérez Barriopedro fue, sin duda, el artífice más destacado de las imágenes del 23-F. Sin desmerecer el valor de las otras imágenes, sus once instantáneas recogen los momentos principales del asalto. Cierto es que su ubicación era la menos propicia, pues tenía de espaldas a los principales miembros del gobierno y sus imágenes hubieran tenido un papel subsidiario en el momento del relevo presidencial. Sin embargo, la inesperada disposición de los golpistas le permitió obtener la imagen síntesis, rápidamente utilizada como portada predilecta en los periódicos: esa en la que parece estar condensado todo el acontecimiento. Es la foto más arriesgada (de hecho, solo haría una más antes de sacar el carrete y esconderlo) realizada en el momento de máxima tensión, pues ya se había producido el enfrentamiento con Gutiérrez Mellado y los disparos subsiguientes (las imágenes de Hernández de León son previas a este momento). Ante la contundencia del gesto de Tejero, es fácil que se escapen otros elementos presentes en la imagen. Todo el mundo se ha echado al suelo y solo Gutiérrez Mellado se mantiene de pie en primer término con los brazos en jarras y gesto (adivinamos) indignado. Forzado a entrar en esta representación, su presencia suele pasar desapercibida cuando se lee esta foto. De la mesa presidencial solo se atisban unas piernas que se retuercen detrás de Tejero. Al fondo se agazapan los reporteros intimidados por la situación. La imagen además está punteada por diferentes guardias civiles que han tomado posiciones en torno a la Tribunal Presidencial. No es difícil deducir que en términos compositivos el poder que representa esta zona ha sido usurpado violentamente. Pero lo más llamativo es el cuadro que compone Tejero. Con el foco perfectamente nítido puesto en él, se diría que es un posado, una estampa de galería tomada por un dibujante decimonónico, acostumbrado a las asonadas de nuestra convulsa historia. El cuerpo ligeramente arqueado en actitud desafiante, mientras una mano llama a la contención y la otra amenaza apuntando a todo y a nada. El punto de vista lateral permite disponer el eje de acción ante, y no frente, el espectador; de modo que el aspaviento de Tejero se proyecta hacia un fuera de campo donde adivinamos a toda la Cámara. A diferencia de las imágenes televisivas, que obtienen sus mejores réditos en el seguimiento de la acción, aquí tenemos la esencia del acontecimiento (impresión reforzada por ser las fotografías las primeras que se difundieron). Pero lo sorprendente es que cuando buscamos esta imagen en la secuencia televisiva se convierte en un amago de movimiento sin sentido, el gesto final para detener el tiroteo de sus hombres (el punto de vista tampoco es el adecuado). Es decir, el fotógrafo ha capturado un instante que adquiere su significado en función del conjunto.

Sin embargo, para cerrar la lectura resulta especialmente elocuente analizar la serie completa que Barriopedro logró hacer (también consiguió tomar fotos en color con una segunda cámara). Sus aspectos técnicos han sido desvelados en un detallado artículo periodístico de José Pujol (“Así se hizo la foto de Tejero. La mesa de luz. Blog de un. esbirro de la edición gráfica”, Público, febrero 2011, <http://blogs.publico.es/mesadeluz/3572/asi-se-hizo-la-foto-de-tejero>). La película utilizada fue Kodak TriX Pan, blanco y negro, expuesta a 400 ISO con una cámara Nikon F2 (modelo muy habitual entre los profesionales de la época). Los contactos que posteriormente se distribuyeron nos permiten observar en mosaico las once fotografías, numeradas de la 13 a la 23. Entre la primera y la última transcurre aproximadamente un minuto. Instantes después, si nos guiamos por la grabación de TVE, ya tiene encima un guardia civil controlando sus movimientos. En este lapso es capaz de discernir lo que ocurre (fotos 13, 14 y 15), detectar al protagonista del asalto (fotos 16, 17 y 18) y centrarse en la reacción de Gutiérrez Mellado (incluido un cambio de óptica que aplica justo en las fotos 16 y 17 para captar más de cerca a Tejero). La foto famosa viene después. Lo que aporta esta visión desde el otro lado a las imágenes de Hernández de León es la respuesta precisa del Vicepresidente, captada en las fotos 19 (casi idéntica a la que toma su compañero en la tribuna opuesta) y, sobre todo, 20 y 21. Las dos últimas corresponden precisamente al momento del tiroteo, donde aparece destacado en primer término frente a cámara (la imagen televisiva nos permite descubrir que Barriopedro hace algo verdaderamente arriesgado: está de pie cuando empieza el tiroteo y rápidamente se agazapa sin dejar de hacer fotos). Lo llamativo es su aparente estatismo cuando en realidad está aguantando el tipo mientras se producen los disparos. Si en el careo previo con los golpistas había salido airoso, aquí su firmeza le convierte en una pieza incómoda de la estrategia golpista. Si él no se doblega, si no acepta la insubordinación y, a su vez, esta actitud no es reprimida por los asaltantes es que los planes no estaban claros. De manera que en estos momentos se pone en escena un código militar que, si bien no consigue deponer las armas de los golpistas, al menos encumbra la dignidad de su protagonista. Se ha escrito mucho sobre los aspectos más diversos del 23-F, pero este gesto tal vez no ha sido suficientemente glosado, siendo el más rotundo y temerario de los pocos que se dieron en esas horas inciertas en defensa de la democracia y el orden establecido. Solo a la altura del arrojo del fotógrafo que se arriesgó a captarlo».

Rafael R. TRANCHE (2016). “Instantáneas” (pp. 331-334). En Carisma e imagen política. Líderes y medios de comunicación en la Transición. Valencia: Tirant Humanidades.

Otras referencias que comentan la imagen:

A. Rojo (23/02/2021). “Si me descubren el carrete ya he acabado con mi vida”. Entrevista con Manuel Pérez Barriopedro, fotoperiodista del 23 F. La Razón.
El País (2016). “EL PAÍS, con la Constitución. Cómo se sacó la imagen de #ELPAÍS23F”. 

Vídeo entrevista realizada por el grupo de investigación FotoTrans:

 

Tejero en el intento de golpe de Estado 23F (Manuel Barriopedro)
Hoja de contacto de la serie fotográfica captada por Manuel Pérez Barriopedro del golpe de Estado del 23-F, 1981. © EFE
La fotografía ocupó las portadas de numerosos periódicos nacionales (El País, Diario 16, ABC, El periódico de Catalunya, La Vanguardia, El Alcázar...) e internacionales (The New York Times, La Stampa, Le Figaro, The Dayly News...). Con frecuencia esta imagen apareció acompañada de otra instantánea tomada por Manuel Hernández de León desde el otro ángulo.
La imagen se ha convertido en el icono por antonomasia de la Transición española. Sigue siendo objeto recurrente de reproducción en los medios de comunicación con motivo de aniversarios y otros eventos. No hay catálogo fotográfico del periodo que no la incorpore en su corpus de imágenes. El gesto de Tejero, pistola en mano, también ha sido objeto de obra derivada y merchandising de España, en ocasiones, incluso sacado de contexto. Aquí reproducimos, a modo de ejemplo, sin ser exhaustivos, las portadas de los libros de Javier Cercas y Juan Francisco Fuentes, de la novela de Juanjo García, las antologías de los chistes del golpe de Manolito Martín y Arévalo, la portada de la revista de Ibáñez "Mortadelo", que aprovechando que salía a la venta un 23 de febrero, atavió al compañero de Filemón con el uniforme de la guardia civil e hizo que el personaje tomase el Congreso al grito de «¡Se sienten, corcho!». Al respecto, el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, en 2011, dedicó una exposición sobre cómo el mundo del cómic ha traducido a viñetas el golpe fallido del 23-F. En el campo cinematográfico, el cartel anunciador de la película "23-F", de Chema de la Peña, también explota la iconografía generada por la célebre fotografía de Barriopedro. La firma la Tostadora comercializa en Internet varias versiones de camisetas y sudaderas con la foto de Tejero estamapada y manipulada. Estos son algunos de los múltiples ejemplos de obra derivada que podrían traerse a colación.