En Fatarella, se encuentra uno de los espacios históricos de la Batalla del Ebro. En los años 80, los restos de la Guerra Civil se desperdigaban en los sitios físicos cercanos al lugar del acontecimiento: una bomba podía aparecer entre los surcos del campo labrado o una granada de mano se reencontraba con la anatomía amputada. Emergía el pasado, aquel que dentro del relato oficial de la Transición se intentó obliterar a través del pacto del silencio y la reconciliación. La fotografía nos muestra el plano detalle de unas manos; como todo órgano par, las extremidades se deben duplicar. Pero en nuestra imagen los términos anatómicos son disímiles, ausencia y presencia. La mano derecha se encuentra completa y aferra un objeto, la granada, probablemente la causa de la amputación de la izquierda. Pocos elementos que formulan un eco lejano, noticias del frente. La piel ajada y el óxido que cubre la bomba dan cuenta del tiempo pasado, del peso de una historia no contada, de una herida no cerrada.
Restos de la guerra civil, la Fatarella 1980
Restos de la guerra civil, la Fatarella 1980
Carlos Bosch
Nikon-F3 con motor incorporado